Elegir vivir un estilo de vida más ecológico ha sido un viaje que he emprendido hace ya un tiempo.
A pesar de estar contenta con mi estilo de vida más ecológico, a menudo encuentro dificultades en ser consistente. Es que admito que muchas veces implica un esfuerzo extra en tiempo y dinero. Pero es algo que entiendo realmente bien vale ese esfuerzo.
Y para demostrarte que ser un aliado del medio ambiente no tiene por qué ser siempre una tarea imposible y ardua, hoy te traigo 10 pasos sencillos sobre cómo puedes ser más ecológico.
En última instancia, nuestras decisiones deberían surgir de una reflexión personal y del deseo de tener un impacto positivo en el mundo.
1) Entiende que tus acciones cuentan
Es importante que lo comprendamos. Muchos se excusan bajo el pretexto de que la responsabilidad de nuestro ambiente es de las grandes industrias. Y esto es cierto, pero si juntamos nuestra fuerza individual podemos crear un impacto igual de potente, tus elecciones de consumo, tus acciones para reciclar y decidir tener un estilo de vida más sostenible y saludable definitivamente hacen la diferencia.
“Vivir más ecológicamente” es ser conscientes que nuestras acciones pueden influir significativamente en el estado del medio ambiente.
Es fundamental entender que, si bien no podemos controlarlo todo, nuestras decisiones cotidianas pueden crear un impacto sustancial.
Piensa en tu rutina diaria. ¿Tu café de la mañana viene en un vaso desechable? ¿Vas en coche al trabajo? ¿Compras tu almuerzo al peso consumiendo plástico cada día?. Estos son sólo algunos ejemplos, seguro podrás pensar en otros que apliquen a ti.
Si vas a ser consciente del medio ambiente, es fundamental aceptar que tal vez no tengamos control sobre todo, pero sí tenemos poder en nuestras acciones.
Es importante dejar de lado la ilusión de impotencia que surge de creer que tus acciones son insignificantes. No lo son. Tus decisiones sí importan y son más poderosas cuando se toman conscientemente.
2) Menos es más
Muchos te dirán que para vivir de forma más ecológica debes “comprar productos más ecológicos” o “invertir en fuentes de energía renovables”.
Si bien esto puede ser beneficioso, no es el núcleo de la conciencia ambiental.
En cambio, el verdadero respeto al medio ambiente se basa en una mentalidad de “menos es más”.
Implica cuestionar tus propios hábitos de consumo. A medida que observas, poco a poco tu vida se vuelve menos abarrotada de cosas innecesarios, pero no te privas, te vuelves más consciente.
Comienzas a consumir lo que realmente necesitas y no lo que el mercado y la publicidad te dice que necesitas.
3) Reduce el uso de plásticos de un solo uso
Ahora, una vez que has trabajado en tu conciencia y en cuestionar tus hábitos de consumo, un cambio sencillo pero poderoso que puedes implementar en tu vida diaria es reducir el uso de plásticos de un solo uso.
Estos artículos, generan una cantidad enorme de residuos que a menudo terminan contaminando los océanos y ecosistemas.
En lugar de utilizar botellas de plástico, bolsas de compras desechables o cubiertos de plástico, opta por alternativas reutilizables.
Lleva contigo una botella de agua reutilizable, utiliza bolsas de tela para las compras y lleva cubiertos de acero inoxidable o bambú si comes fuera de casa.
Esta pequeña acción puede parecer insignificante, pero si más personas adoptan este hábito, el impacto colectivo puede ser enorme.
4) Elige productos con mayor durabilidad, aunque no sean los más ecológicos
Elegir productos de mayor durabilidad, incluso si no están etiquetados como ‘ecológicos’, puede ser una estrategia sostenible.
A menudo, los productos diseñados para durar mucho tiempo reducen la necesidad de reemplazos frecuentes, disminuyendo así la producción de residuos a largo plazo.
Por ejemplo, un electrodoméstico robusto y bien construido, aunque no sea el modelo más eficiente energéticamente del mercado, puede ser una opción más sostenible si dura muchos años más que una versión ecológica de menor durabilidad. Lo mismo aplica para ropa, muebles, y otros artículos del hogar.
Es buena idea considerar la vida completa de los productos que consumes.
Por ejemplo recuerdo haber elegido una sartén de alta calidad que no era la opción más ‘verde’, pero después de años de uso constante, sé que evité comprar varias sartenes más baratas y menos duraderas.
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5) Reparar en lugar de reemplazar
Otra forma de adoptar un estilo de vida más ecológico es priorizar la reparación sobre el reemplazo.
En nuestra cultura de consumo rápido, a menudo es más fácil y, a veces, más barato, simplemente comprar algo nuevo en lugar de arreglar lo que se ha roto o desgastado.
Pero, este hábito contribuye a un ciclo insostenible de desperdicio y consumo excesivo.
Al reparar los artículos, prolongamos su vida útil a la vez que evitamos la producción de residuos y la extracción de recursos adicionales.
Ya sea cosiendo una prenda de ropa o una cortina, arreglando un electrodoméstico, o incluso retapizando un mueble en lugar de comprar uno nuevo, cada reparación es un paso más hacia la reducción de nuestro impacto ambiental.
6) Aprovecha el poder del compostaje
Sé que esto no es viable para todos, pero si tienes la oportunidad de intentarlo estarás generando un gran impacto.
El comportaje es la forma que tiene la naturaleza de reciclar, convirtiendo material orgánico en suelo rico en nutrientes.
Adoptar el compostaje nos permite reducir el desperdicio de alimentos, que contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Si te sientes abrumado por los cambios ecológicos, comenzar con el compostaje puede brindarte una sensación de logro.
Es un recordatorio de que somos parte de un ecosistema más grande y puede proporcionar un sentido de propósito y participación activa en la preservación de nuestro planeta.
7) Utiliza la opción de transporte más sostenible disponible
Si quieres ser más ecológico opta por formas de transporte más sostenibles siempre que sea posible.
Esto significa elegir caminar, andar en bicicleta, usar transporte público o compartir el coche en lugar de conducir solo.
Estos métodos no solo reducen la emisión de gases contaminantes, sino que también pueden ser más saludables y económicos.
Incorporar el transporte sostenible en tu rutina diaria puede ser más fácil de lo que piensas.
Por ejemplo, si normalmente conduces al trabajo, considera usar la bicicleta un par de días a la semana. Así, estarás contribuyendo a un aire más limpio, y además incorporarás ejercicio físico en tu rutina, es un win win.
La primera vez que decidí ir al trabajo en bicicleta; increíblemente llegué más por el tráfico, y además me sentí más energizada durante el día.
8) Prioriza los alimentos de origen local y de temporada
Una forma sorprendentemente efectiva de ser más ecológico es elegir alimentos que se produzcan localmente y de temporada.
Haciéndolo ayudas a reducir la huella de carbono debido al transporte de alimentos a largas distancias, y estarás consumiendo productos más frescos y nutritivos.
Popularmente se cree además que los alimentos cultivados localmente pueden tener una mayor cantidad de nutrientes. Esto podría deberse a que se cosechan en su punto óptimo y no requieren largos periodos de almacenamiento o transporte, que a menudo degradan su calidad nutricional.
Además, al apoyar a los productores locales, estás contribuyendo a la economía de tu comunidad y promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles.
La perfección no es el objetivo
En nuestra búsqueda por vivir de forma más ecológica, es fácil caer en la trampa de luchar por la perfección. Podrías pensar que, a menos que cultives tus propios alimentos, vivas fuera del sistema y no produzcas residuos, no estas haciendo lo suficiente.
Pero ser ecológico en realidad no se trata de alcanzar un estado de sostenibilidad absoluta, sino de hacer esfuerzos conscientes para reducir nuestro impacto ambiental.
Quizás no puedas eliminar completamente el plástico de tu vida, o quizás no tengas los medios para instalar paneles solares en tu techo. Eso no anula los pasos que estás dando, por pequeños que parezcan.
Lo que aprendí en este último tiempo, es que en lugar de esforzarme por alcanzar la perfección y sentirme desanimada cuando me quedo corta, elijo celebrar mi progreso. Es mejor apreciar cada esfuerzo que nos acerca a vivir en armonía con nuestro planeta.
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