Plantar y mantener tu propio jardín de hierbas en casa es mucho más sencillo de lo que imagina. ¡Sin mencionar lo maravilloso que se siente espolvorear albahaca fresca sobre la pasta que has cultivado tú mismo!
Además, existe la ventaja adicional de contribuir a la sostenibilidad. Estás reduciendo la huella de carbono al cultivar tus propias hierbas, en lugar de comprarlas envasadas en plástico en el supermercado.
Así que, si te intriga la idea de tener tu propio jardín interior y te preguntas “¿Cómo puedo empezar a plantar hierbas aromáticas en casa y ser más sostenible?”, entonces continúa leyendo.
1) Elige las hierbas adecuadas
Verás, no todas las hierbas crecen bien en el interior. Y es importante elegir aquellos que sean más adecuados para las condiciones particulares de cada uno.
Piensa en las hierbas que utilizas más en tu cocina.
La albahaca, el perejil, el cebollino, la menta y el tomillo son excelentes opciones para la jardinería interior.
Es más, estas hierbas son bastante resistentes y tolerantes, perfectas para principiantes. No te guardarán rencor si algún día te olvidas de regarlas.
2) Encuentra el lugar perfecto
Las hierbas necesitan una buena cantidad de luz solar para crecer bien. Estamos hablando de al menos seis horas de luz solar cada día.
Cuando comencé a cultivar hierbas, tenía este lindo rincón en mi cocina que pensé que era perfecto. Estaba apartado y tenía una ventana cerca. ¿Pero adivina que? A las hierbas no les fue bien.
Entonces, los moví a una ventana orientada al sur, donde pudieran recibir más luz solar. ¡Y vaya que les fue bien!
La lección aquí es simple: no elijas un lugar simplemente porque se ve bien o es conveniente. Elígelo porque es el mejor lugar para que crezcan tus hierbas. ¡Ellas necesitan su tiempo para tomar el sol!
3) Elige los contenedores adecuados
Al principio, podrías pensar: “Es sólo una maceta, ¿verdad? ¿Cuál es el problema?”. Bueno, resulta que es más que una simple maceta.
Aprendí esto de la manera más difícil, cuando comencé mi primer jardín de hierbas.
Elegí unas bonitas macetas de cerámica que combinaban perfectamente con la decoración de mi cocina. Pero mis hierbas no parecían compartir mi entusiasmo estético.
Con el tiempo, me di cuenta de que las macetas no proporcionaban un drenaje adecuado y las raíces de mis hierbas se estaban ahogando.
Rápidamente cambié a contenedores con orificios de drenaje adecuados en el fondo y noté una mejora significativa en su salud.
A las hierbas no les gusta tener los “pies” mojados todo el tiempo. Necesitan un suelo bien drenado para prosperar.
Entonces, al elegir contenedores adecuados para tus hierbas, la funcionalidad definitivamente debe prevalecer sobre la estética.
Incluso, con un poco de creatividad, puedes convertir la maceta más básica en una pieza de decoración
4) Utiliza la tierra adecuada
Al igual que nosotros, los humanos, las hierbas también tienen preferencias en cuanto a sus condiciones de vida. Y el suelo es una gran parte de eso.
No puedes simplemente recoger un poco de tierra de tu patio trasero y esperar que tus hierbas estén felices. Necesitan un tipo de suelo especial, ligero y con buen drenaje.
Muchos viveros venden mezclas para macetas hechas especialmente para plantas de interior. Esa es una excelente opción. Por lo general, es una mezcla de turba, vermiculita y perlita, los cuales ayudan a proporcionar el tipo de ambiente adecuado para las hierbas.
Asegurarse de que tus hierbas tengan el suelo correcto para crecer puede marcar una gran diferencia en su crecimiento y salud general. ¡Es como darles un hogar lujoso donde vivir!
5) Riega sabiamente
Regar las hierbas puede parecer el trabajo más sencillo, pero es en el que la mayoría de la gente se equivoca.
A las hierbas, al igual que a nosotros, no les gusta que las rieguen en exceso. Quiero decir, ¿te gustaría que alguien te obligara a beber agua cuando no tienes sed?
Publicaciones relacionadas de Vida Sostenible en Casa
Probablemente no.
El exceso de agua es en realidad una de las principales causas de muerte de las plantas. Es un asesino silencioso que ahoga las raíces y les impide respirar.
El truco consiste en regarlas lo suficiente para mantener la tierra húmeda, pero no mojada.
Una buena regla general es esperar hasta que la pulgada superior de la tierra se sienta seca antes de volver a regar.
En realidad, se trata de equilibrio. Ni demasiado ni muy poco.
6) Ten paciencia
Lo admito. No soy la persona más paciente del mundo y cuando comencé a cultivar hierbas, esperaba que brotaran de la noche a la mañana.
¿Pero adivina que?
No lo hicieron.
Los días se convirtieron en semanas y mis macetas permanecían obstinadamente vacías de verde.
En un momento estuve a punto de rendirme, pensando que simplemente no tenía el toque mágico para cultivar.
Pero un día, noté que un pequeño brote verde salía del suelo. Y déjame decirte que ese momento hizo que toda la espera valiera la pena.
Cultivar hierbas, o cualquier planta, requiere paciencia. Crecerán a su propio ritmo. Y cuando finalmente brotan, es una sensación como ninguna otra.
Así que aguanta. Sigue cuidando tus hierbas y pronto te recompensarán con su fragante presencia.
7) Acepta el proceso
Cultivar hierbas en casa no se trata sólo de tener ingredientes frescos para tus comidas o contribuir a la sostenibilidad. Se trata de aceptar la experiencia que te toca vivir.
Se trata de la alegría de ver una pequeña semilla convertirse en una planta próspera.
La satisfacción de saber que has nutrido algo desde cero.
La paz que se obtiene al cuidar tus plantas después de un largo día.
Así que no te concentres sólo en el resultado final. Disfruta cada momento del proceso. Porque ahí es donde reside la verdadera magia.
Reflexiones finales
Plantar tus propias hierbas aromáticas en casa y adoptar un estilo de vida más sostenible no se trata solo de añadir sabor a tus platos o reducir tu huella de carbono. Se trata de embarcarse en un viaje de crecimiento y paciencia, de nutrir la vida con tus propias manos y ser recompensado no sólo con hierbas frescas, sino también con una sensación de profunda satisfacción.
Se trata de comprender que las acciones más pequeñas pueden marcar las mayores diferencias.
Tómate un momento para reflexionar sobre esto.
Imagínate cuidando tu pequeño jardín de hierbas y viéndolo florecer. Imagínate agregando tomillo de cosecha propia a tu plato favorito, saboreando la explosión de sabor que proviene de algo que tú mismo ha cultivado.
Este viaje puede tener sus desafíos, pero recuerda, cada nueva hoja que brota es un testimonio de tus esfuerzos. Cada pequeño paso que das hacia la sostenibilidad contribuye a un impacto positivo en nuestro planeta.
Al final no se trata sólo de cultivar hierbas. Se trata de crecer junto con ellos.
Suscríbete para recibir más contenido como este por correo electrónico
Te enviaremos nuestros últimos artículos por correo electrónico. Puedes darte de baja fácilmente en cualquier momento.